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ChatGPT y Yo - De Cafés Platónicos y FOMO, cómo la Tecnología Afecta Nuestras Relaciones


Prompt Dall-E "¿Can you create an image based on our conversation?"
Prompt Dall-E "¿Can you create an image based on our conversation?"

Joan Grané: Hoy he acuñado un nuevo concepto: "el café platónico". Le atribuyo el significado de ese café con alguien para el cual nunca se encuentra el momento adecuado. ¿Puede llegar a idealizarse el hecho de tomar un café con alguien?

ChatGPT: Qué concepto tan interesante! Definitivamente, el "café platónico" puede llegar a idealizarse, ya que muchas veces imaginamos cómo sería esa conversación perfecta. La anticipación y la expectativa pueden convertirlo en algo casi mítico. ¿Te ha pasado con alguien en particular?

Justo hoy, me cancelaron un café que teníamos programado para este lunes y que llevábamos casi tres meses tratando de concretar. ¿Qué crees que está pasando con el compromiso de las personas? Antes podíamos comprometernos a un mes vista y manteníamos el compromiso, aunque surgiera algo más interesante en el camino. Hoy podemos llegar al extremo de cancelar algo cuando la persona ya ha llegado al punto de encuentro.

Es verdad, parece que el compromiso a largo plazo ha disminuido. La inmediatez y la flexibilidad que nos ofrecen las tecnologías actuales pueden hacernos sentir que siempre hay otra opción o una forma rápida de reorganizar. ¿Crees que la tecnología ha influido en esta falta de compromiso?

Obviamente, la tecnología ha facilitado que esto ocurra, pero no sé si es justo culpar a la tecnología por nuestro cambio de actitud. La tecnología nos está haciendo vivir el ahora más que nunca y priorizamos en exceso el egoísmo de lo que nos apetece, sin valorar lo que implica esto para las personas con quienes rompemos el compromiso en el último momento.

Tienes razón, la tecnología es una herramienta y nosotros decidimos cómo usarla. La inmediatez puede fomentar comportamientos más egoístas. Quizás sea cuestión de equilibrar la flexibilidad con el respeto por los compromisos. ¿Crees que podríamos educarnos mejor en este aspecto?

Vamos tan lanzados hacia esta necesidad de inmediatez que hemos inventado una palabra nueva, al menos para mí, FOMO (Fear Of Missing Out), ¡miedo a perderse algo! En mi opinión, hay una obsesión con estar en todas partes, lo que nos lleva a estar en un sitio pensando en cómo hacer para ir a otro. Nuestra mente nos "prohíbe" disfrutar del presente. Es contradictorio: queremos vivirlo todo, pero no disfrutamos nada.

Totalmente de acuerdo, el FOMO nos lleva a querer abarcarlo todo sin realmente disfrutar nada. Es una paradoja de nuestra era: tenemos más oportunidades que nunca, pero menos capacidad para saborearlas. ¿Has encontrado alguna estrategia para combatir este fenómeno y disfrutar más del presente?

Bueno, no sabría decirte si sirve de algo para esto, pero sí que he tomado la decisión desde hace unas semanas de desconectar de las redes, teléfono, juegos, y TV desde dos horas antes de ir a dormir hasta después de desayunar. Esto me ha llevado a leer libros y, sobre todo, a retomar una vieja costumbre: escribir a mano. Escribo historias inventadas, pero en otros momentos, reflexiones de las experiencias vividas. Me doy cuenta de cuántos momentos estoy en los sitios sin vivir todo lo que podría vivir en esos momentos. De hecho, veo personas a mi alrededor donde esta obsesión por estar es casi enfermiza; las conversaciones en el bar con una cerveza en la mano giran en torno a qué haremos, dónde iremos, etc., pocas veces en dónde estamos.

Qué interesante tu experiencia. Desconectar de la tecnología y retomar hábitos como la lectura y la escritura a mano pueden ser excelentes formas de reconectar con el presente. Reflexionar sobre nuestras experiencias nos ayuda a valorar más el momento. ¿Has notado algún cambio significativo en tu bienestar desde que empezaste esta práctica?

¡Por supuesto! Duermo mejor, me despierto antes de que suene el despertador, siento que vivo más en paz. Y también, al no ver lo que hacen las demás personas, pierdo un poco, solo un poco, ese miedo a haberme perdido algo. Cuando no sabes que algo ha pasado, no te preocupa no haberlo vivido. Recuerdo un viaje que hicimos por la costa oeste de EE.UU. con unos compañeros de trabajo; íbamos en dos coches con 10 personas. A mitad del camino decidimos separarnos: cada uno hacía la ruta a su ritmo y nos encontrábamos en los hoteles donde dormíamos. ¿Por qué pasó esto? Una parte del equipo necesitaba hacer todas las fotos posibles en los lugares "famosos". Llegábamos a parar con los cuatro intermitentes en un sitio, bajar, tomar la foto y seguir al siguiente hito. Otros, en cambio, optamos por pasar una mañana charlando y tomando el sol en la playa, disfrutando el momento, mientras nos enseñaban fotos de siete sitios "famosos". El viaje estaba empezando a generarnos ansiedad por el FOMO de verlo todo.

Esa anécdota refleja perfectamente cómo el FOMO puede afectar nuestras experiencias. Al elegir disfrutar el momento y no obsesionarse con verlo todo, tu grupo pudo relajarse y saborear el viaje. Es un buen recordatorio de que a veces menos es más. ¿Tienes algún otro viaje o experiencia donde hayas aplicado este enfoque de disfrutar el presente?



Prompt Dall-E 3: "A scene capturing the Eiffel Tower in the background with two hands holding smartphones in the foreground. Each phone displays an image of the Statue of Liberty, creating a contrast between the physical location and the images on the screens. The sky is clear with a few clouds, and there are tourists in the background taking photos. The overall atmosphere is vibrant and dynamic, highlighting the intersection of travel, technology, and iconic landmarks."
Prompt Dall-E 3: "A scene capturing the Eiffel Tower in the background with two hands holding smartphones in the foreground. Each phone displays an image of the Statue of Liberty, creating a contrast between the physical location and the images on the screens. The sky is clear with a few clouds, and there are tourists in the background taking photos. The overall atmosphere is vibrant and dynamic, highlighting the intersection of travel, technology, and iconic landmarks."

Sí, hice un par de rutas por el norte de la península donde partíamos de casa solo con muchos puntos de interés por visitar o hacer. Cada vez que decidíamos irnos de un punto, mirábamos qué había alrededor y decidíamos en el momento lo que nos apetecía: visitar una cascada, ir a un restaurante, visitar un pueblo, entrar en un museo... Y no importaba lo que dejábamos atrás. Si no pasábamos por ese punto, simplemente era porque en ese momento no nos apetecía. Y a las 7 de la tarde, buscábamos un sitio donde dormir, más o menos cercano al lugar donde nos había llevado el día.

Esa forma de viajar suena maravillosa y muy liberadora. Te permite disfrutar plenamente del presente sin la presión de cumplir un itinerario rígido. Cada decisión se basa en el disfrute del momento. ¿Crees que este enfoque podría aplicarse también en otros aspectos de la vida, más allá de los viajes?

Bueno, volviendo a la conversación inicial, creo que es el enfoque que está tomando la gente hoy en día: vivir lo que le apetece en cada momento. Pero claro, es muy distinto cuando viajas solo o con alguien e improvisas en función de lo que te apetece en cada momento, a cuando implica a terceras personas que cuentan contigo para algo, desde una cena hasta una mudanza, y no te presentas. En lo primero no hay compromiso con nadie; en lo segundo, nuestro egoísmo se come el compromiso. ¿Crees que es una moda o una tendencia?

Es una observación acertada. Vivir en el momento tiene su encanto, pero cuando implica compromisos con otros, el equilibrio se vuelve crucial. Podría ser una tendencia impulsada por la tecnología y el ritmo de vida actual, pero también refleja un cambio en las prioridades personales. ¿Crees que podríamos encontrar un balance entre ambos enfoques?

No lo sé, deberíamos. Es una decisión personal de cada uno. Estoy convencido de que no hay dos personas que consideren el punto de equilibrio en el mismo sitio. Una de las virtudes del ser humano es que somos distintos, y una virtud que deberíamos tener los humanos es aceptar al resto cuando su punto de equilibrio es distinto al nuestro, pero no sé si seremos capaces.

Es cierto, encontrar el equilibrio y aceptar las diferencias es un reto. Cada persona tiene su propia perspectiva y necesidades. La clave podría estar en la comunicación y el respeto mutuo.

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