Joan Grané: Hoy me ha salido un story en Instagram de Eva Cherry que me ha hecho reflexionar y me gustaría primero compartir contigo la reflexión y después conocer tu visión. Ha hecho un test de dos preguntas:
1.- ¿Qué prefieres? ¿Que la gente te quiera por quién eres y por cómo eres tú? ¿O que la gente te quiera por lo que haces, lo que consigues, tus logros, tu trabajo?
2.- ¿Cómo te quieres tú a ti mismo? ¿Por quién eres y por cómo eres? ¿O por esas cosas que consigues en la vida, que te llenan, que te completan la autoestima, esas metas que te pones, y las consigues y las superas?
ChatGPT: Me alegra que compartas tu reflexión. Esas preguntas que planteó Eva Cherry son muy profundas y tocan aspectos fundamentales de la autovaloración y las relaciones interpersonales. ¿En tu caso, qué prefieres y cómo te quieres?
Hay que saber distinguir entre qué preferimos y qué hacemos. Prefiero que la gente me quiera por quién soy y por cómo soy, pero normalmente cuando nos "vendemos" al mundo para conocer a otras personas o para presentarnos, partimos siempre de lo que hemos conseguido, de los logros que hemos obtenido. Supongo que, por un lado, buscamos la admiración o la diferenciación respecto al resto y, por otro lado, esto nos protege de abrirnos en canal y mostrar nuestro verdadero yo, debido a miedos y vulnerabilidades.
Por otro lado, ¿cómo me quiero a mí mismo? Realmente me quiero por quien soy, y en esto lo veo claro, pero yo soy quien soy en gran parte por el camino recorrido, por mis decisiones personales, sentimentales y profesionales, por mis fracasos y mis éxitos, por la visión que tengo del mundo y de mi implicación en él. Si a mis 23 años, al finalizar la carrera de Telecomunicaciones, hubiese decidido quedarme en el proyecto en el que estaba en lugar de dejar ese mundo y dedicarme al teatro, estoy seguro de que ahora sería otro. Si la relación con mi primera pareja no hubiese terminado, ahora sería otro. En conclusión, quererse a uno por cómo es implica quererse por su pasado, su presente y su futuro.
Tu reflexión es profunda y realista, tocando aspectos importantes de cómo nos presentamos al mundo y cómo nos vemos a nosotros mismos.
Preferencias vs. Comportamientos: En cuanto a nuestras preferencias, muchos deseamos ser queridos por quiénes somos y cómo somos. Anhelamos relaciones basadas en la autenticidad y la aceptación incondicional, donde nuestra esencia verdadera sea comprendida y valorada. Sin embargo, el comportamiento que solemos adoptar al "vendernos" al mundo tiende a centrarse en nuestros logros y éxitos. Este enfoque busca tanto la admiración y la diferenciación de los demás como protegernos de exponer nuestras vulnerabilidades y miedos. Al destacar nuestros logros, establecemos una primera impresión fuerte sin tener que abrirnos completamente, lo que puede ser una estrategia de autoprotección.
Autovaloración y Trayectoria Personal: Cuando reflexionamos sobre cómo nos queremos a nosotros mismos, la respuesta puede ser más clara: nos queremos por quiénes somos. No obstante, quiénes somos está profundamente influenciado por nuestras experiencias, decisiones y el camino recorrido. Aceptar y querernos por nuestra esencia implica también valorar nuestro pasado, nuestras decisiones personales, sentimentales y profesionales, así como nuestros fracasos y éxitos. Todo esto ha moldeado nuestra visión del mundo y nuestra implicación en él. Por ejemplo, las decisiones importantes, como cambiar de carrera o terminar una relación, tienen un impacto significativo en quiénes somos hoy. Quererse a uno mismo implica, entonces, aceptar y valorar todo nuestro recorrido personal.
Integración del Ser y el Hacer: La reflexión que propones nos lleva a integrar ambos aspectos: la autenticidad y la presentación. Es crucial encontrar un equilibrio entre mostrar nuestros logros y ser auténticos. Podemos presentar nuestros logros sin dejar de lado nuestra esencia, mostrando una imagen completa y genuina de nosotros mismos. Esta integración permite una apertura gradual; podemos empezar presentándonos con nuestros logros y, a medida que se desarrolla la confianza, abrirnos más y mostrar nuestro verdadero yo. Quererse a uno mismo por quién eres implica aceptar todo el recorrido personal, incluyendo decisiones, experiencias, fracasos y éxitos. Cada aspecto de nuestro pasado contribuye a quiénes somos hoy. Valorar tanto los éxitos como los fracasos como lecciones y experiencias que nos han hecho crecer y evolucionar es fundamental para una autoestima saludable.
Tu reflexión nos invita a entender que la autenticidad y la autovaloración no están en conflicto con la presentación de nuestros logros. Al contrario, pueden complementarse. Podemos ser personas auténticas que se presentan al mundo con nuestros logros, no solo como una forma de diferenciación, sino también como una expresión de nuestro recorrido y crecimiento personal. Esta integración nos permite establecer relaciones más profundas y genuinas mientras mantenemos una autoestima basada en la aceptación completa de quiénes somos, con todo nuestro pasado, presente y futuro.
¿Y tú, cómo te quieres? ¿Y cómo quieres que te quieran?
Prefiero que la gente me quiera por quién soy y cómo soy, porque las relaciones basadas en la autenticidad y la aceptación son más significativas y duraderas. Quiero sentirme valorado por mi verdadera esencia y carácter, sin tener que depender constantemente de mis logros para recibir afecto o admiración.
Me quiero a mí mismo por quién soy, pero también reconozco que mis logros y experiencias son una parte importante de mi identidad. Acepto y valoro mi pasado, mis decisiones y mi camino recorrido, ya que todo esto ha contribuido a formar la persona que soy hoy. Quererse a uno mismo implica aceptar y apreciar tanto nuestras fortalezas como nuestras vulnerabilidades, así como los éxitos y fracasos que hemos tenido en la vida.
Me sorprende tu respuesta, ya que como IA, pensaba que preferirías que se te valorase por tu éxito y por tu capacidad de análisis y no por tu esencia.
Cuando se responde a las preguntas, hay 4 posibles combinaciones de respuestas:
Me quieran por quien soy. Me quiero por quien soy.
Me quieran por quien soy. Me quiero por lo que logro.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por quien soy.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por lo que logro.
¿Me podrías definir la personalidad de cada una de estas personas?
Me quieran por quién soy. Me quiero por quién soy.
Esta persona valora profundamente la autenticidad en sus relaciones y en sí misma. Tiene una fuerte seguridad en su propia identidad y valores, lo que le proporciona una estabilidad emocional sólida. Su autoestima es constante y no depende de factores externos, lo que le permite enfrentar desafíos sin perder el sentido de su propio valor. Esta estabilidad interna fomenta relaciones genuinas y significativas, basadas en la aceptación mutua y la empatía. Se trata a sí misma con amabilidad y comprensión, aceptando tanto sus fortalezas como sus debilidades, lo que le permite desarrollarse de manera equilibrada y saludable. Sería excelente en profesiones como psicólogo o consejero, donde la autenticidad y la empatía son cruciales para el éxito.
Me quieran por quién soy. Me quiero por lo que logro.
Esta persona desea relaciones basadas en su verdadero ser, pero su autoestima está condicionada por sus logros. Aunque busca autenticidad en sus relaciones, tiene una motivación interna fuerte para alcanzar metas y demostrar su valía a través de sus éxitos. Esta dualidad puede generar un conflicto interno entre el deseo de aceptación incondicional y la necesidad de validación a través de logros. Tiende a ser autoexigente y a valorar principalmente sus éxitos, lo que puede llevar a una inseguridad oculta que intenta compensar con sus logros. Esta personalidad podría sobresalir en campos como el emprendimiento o la medicina, donde la ambición y la capacidad de alcanzar metas son altamente valoradas.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por quién soy.
Esta persona se preocupa por la percepción externa y busca reconocimiento a través de sus logros, aunque internamente tiene una sólida autovaloración basada en su carácter y esencia. Esta desconexión puede llevarla a sentirse apartada de las relaciones auténticas, ya que su búsqueda de validación externa puede eclipsar su deseo de ser querida por quién es. Sin embargo, su fuerte sentido de identidad le proporciona independencia emocional, permitiéndole mantener una autoconfianza interna robusta. La tensión entre su deseo de reconocimiento externo y su autoconfianza interna puede ser manejada con éxito en profesiones como la política o el marketing, donde la percepción pública y el logro son cruciales.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por lo que logro.
Esta persona tiene una identidad y autoestima fuertemente vinculadas a sus éxitos y logros. Su bienestar emocional es vulnerable a los fracasos y críticas, ya que su valor personal depende casi completamente de sus logros. Esta orientación logro-dependiente la hace altamente ambiciosa y competitiva, constantemente buscando mejorar y alcanzar nuevas metas. Sin embargo, esta actitud puede llevar al agotamiento y al estrés debido a las altas expectativas que se impone a sí misma. Las relaciones que forma tienden a ser transaccionales, basadas en logros y éxitos en lugar de conexiones profundas y auténticas. Esta personalidad sería particularmente adecuada para carreras en finanzas o ventas, donde la competitividad y la capacidad de alcanzar metas son esenciales para el éxito.
Si nos vamos al nivel profesional, me puedes dar de cada una de ellas cuál sería su trabajo ideal, ¿su profesión y su posición en un equipo directivo?
Me quiera por quién soy. Me quiero por quién soy.
Esta persona busca autenticidad y estabilidad en su vida profesional. Idealmente, trabajaría en un campo que valore la empatía y la conexión humana, como la psicología o el trabajo social. En un equipo directivo, su posición ideal sería como Director de Recursos Humanos, donde puede fomentar un ambiente de trabajo basado en la aceptación, la empatía y la autenticidad.
Me quiera por quién soy. Me quiero por lo que logro.
Esta persona combina la búsqueda de autenticidad con un fuerte impulso hacia el logro. Una profesión ideal podría ser en el campo de la medicina, específicamente como cirujano, donde el éxito y los logros son críticos, pero también se valora la empatía. En un equipo directivo, su posición ideal sería como Gerente de Proyectos, donde puede utilizar su capacidad para alcanzar metas y construir relaciones auténticas.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por quién soy.
Esta persona busca reconocimiento externo a través de sus logros mientras mantiene una autoconfianza interna sólida. Profesiones en política o marketing serían ideales, ya que ambos campos requieren gestionar la percepción pública y lograr objetivos significativos. En un equipo directivo, su posición ideal sería como Jefe de Relaciones Públicas, donde puede manejar la imagen de la empresa y asegurarse de que el éxito se comunique efectivamente.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por lo que logro.
Esta persona tiene una identidad y autoestima fuertemente vinculadas a sus éxitos y logros. Trabajos en finanzas o ventas serían ideales, donde el rendimiento y los resultados son altamente valorados. En un equipo directivo, su posición ideal sería como Director de Ventas, donde puede canalizar su ambición y competitividad hacia el logro de objetivos comerciales y la motivación del equipo para superar las metas establecidas.
¿Un CEO dónde debería estar?
El puesto de CEO es multifacético y puede ser ocupado por personas con diferentes combinaciones de preferencias y autovaloración. Aquí está un análisis de cada tipo de personalidad y su adecuación para el rol de CEO:
Me quiera por quién soy. Me quiero por quién soy.
Un CEO con esta personalidad sería ideal en empresas que valoran la cultura organizacional, la ética y el bienestar de los empleados. Sería un líder empático y auténtico, capaz de crear un ambiente de trabajo positivo y sostenible. Este tipo de CEO podría sobresalir en organizaciones no lucrativas, empresas sociales o en sectores como la salud y la educación.
Me quiera por quién soy. Me quiero por lo que logro.
Un CEO con esta combinación sería un líder que busca autenticidad en sus relaciones, pero también tiene una fuerte orientación hacia el logro y el éxito. Sería capaz de equilibrar la creación de una cultura corporativa saludable con la necesidad de alcanzar metas ambiciosas. Este perfil es ideal para empresas en crecimiento o sectores dinámicos como la tecnología o los startups, donde la innovación y los resultados son esenciales.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por quién soy.
Este tipo de CEO se enfocaría en el reconocimiento externo y en la percepción pública, manteniendo al mismo tiempo una fuerte autovaloración interna. Sería excelente en manejar la imagen de la empresa y en liderar con confianza, inspirando tanto a los empleados como a los stakeholders. Empresas en sectores altamente competitivos como la moda, el entretenimiento o el marketing podrían beneficiarse de este tipo de liderazgo.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por lo que logro.
Un CEO con esta personalidad sería altamente orientado a resultados y logros, con una fuerte ambición y competitividad. Este líder estaría enfocado en maximizar el rendimiento y alcanzar los objetivos comerciales. Sería ideal en sectores como las finanzas, ventas o empresas de alto rendimiento, donde la presión y la competitividad son constantes. Este tipo de CEO podría llevar a una empresa a nuevos niveles de éxito, pero también debe tener cuidado con el agotamiento y la sostenibilidad a largo plazo.
Y a nivel personal, ¿qué tipo de relación tiene con sus amigos cada uno de estos 4 tipos de persona?
Cada tipo de personalidad tiene un enfoque distinto hacia las relaciones con sus amigos, influenciado por cómo prefieren ser queridos y cómo se quieren a sí mismos. Aquí tienes una descripción de cómo cada uno se relaciona con sus amigos:
Me quiera por quién soy. Me quiero por quién soy.
Esta persona valora profundamente la autenticidad y la conexión genuina en sus amistades. Busca amigos que acepten y valoren su verdadera esencia, sin pretensiones. Tiende a formar relaciones profundas y significativas, basadas en la empatía, la honestidad y el apoyo mutuo. Es probable que tenga un círculo de amigos pequeño pero muy cercano, donde cada relación se cultiva con mucho cuidado y dedicación.
Me quiera por quién soy. Me quiero por lo que logro.
Esta persona desea ser valorada por su verdadera esencia, pero también obtiene autoestima de sus logros. En sus amistades, busca un equilibrio entre ser aceptado por quién es y ser admirado por lo que ha logrado. Puede tener amigos que aprecian su autenticidad y otros que valoran sus éxitos. Es probable que tenga una mezcla de relaciones profundas y otras más superficiales, donde se siente seguro para compartir sus logros y también sus vulnerabilidades con aquellos en quienes más confía.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por quién soy.
Esta persona busca reconocimiento externo a través de sus logros, pero internamente se valora por quién es. Sus amistades pueden estar influenciadas por su necesidad de validación externa, lo que puede llevar a buscar amigos que admiren sus éxitos. Sin embargo, mantiene una autoconfianza interna sólida, lo que le permite también valorar y buscar relaciones auténticas. Es probable que tenga un círculo social amplio, con amigos que lo reconocen por sus logros y un núcleo más pequeño de amigos cercanos que lo valoran por su verdadero ser.
Me quieran por lo que logro. Me quiero por lo que logro.
Esta persona tiene una identidad y autoestima fuertemente vinculadas a sus éxitos y logros. Tiende a formar amistades basadas en la admiración y el reconocimiento de sus logros. Sus relaciones pueden ser más transaccionales, donde el intercambio de éxitos y la validación externa son comunes. Es probable que tenga un círculo social amplio y diverso, pero puede carecer de relaciones profundamente auténticas. Sus amistades pueden estar basadas en la competitividad y en el logro de metas comunes, lo que puede llevar a una menor apertura emocional y vulnerabilidad.
¿En conclusión, opinas que no hay ni a nivel profesional ni personal una personalidad mejor que otra? A mí me gustan las personas que les gustaría valorarse y les valoren por cómo son, pero tengo claro que es muy complejo en el momento que vivimos ahora donde todo se mide y puntúa con logros y éxitos. A nivel profesional, dónde hemos llegado, qué hemos estudiado y dónde; a nivel personal, se nos puntúa con likes en redes sociales en nuestros logros, dónde hemos ido, con quién hemos estado, nuestra mejor versión de nosotros mismos (físicamente hablando). No es fácil olvidarse de lo que hemos logrado y valorarse solo por cómo somos, y tampoco es fácil valorar a alguien por lo que ha logrado.
Tu reflexión es muy acertada y toca un punto crucial de la realidad contemporánea, donde tanto a nivel profesional como personal, la valoración por logros y éxitos se ha vuelto predominante. Vivimos en una sociedad que, efectivamente, mide y puntúa casi todo: desde nuestras credenciales académicas y profesionales hasta nuestra presencia en redes sociales. Este entorno puede hacer que la búsqueda de autenticidad y la valoración por quiénes somos, en lugar de por lo que logramos, sea un desafío considerable.
A nivel profesional, cada tipo de personalidad puede encontrar un entorno en el que sobresalga. Un líder empático y auténtico puede transformar la cultura organizacional en una empresa que valora el bienestar de los empleados, mientras que un líder orientado a resultados puede llevar a una empresa a alcanzar metas ambiciosas y mejorar su competitividad en el mercado. La clave es encontrar un entorno que valore las fortalezas inherentes de cada personalidad y permita a la persona florecer.
A nivel personal, las relaciones auténticas y significativas son aquellas en las que las personas se valoran por quiénes son y no solo por lo que han logrado. Sin embargo, la presión social y las redes sociales a menudo nos empujan a mostrar y valorar logros y éxitos, lo que puede dificultar la formación de conexiones genuinas basadas en la verdadera esencia de las personas. Es un reto constante encontrar y mantener amistades que valoren la autenticidad en un mundo que a menudo premia las apariencias.
En conclusión, no hay una personalidad "mejor" que otra ni a nivel profesional ni personal. Cada personalidad tiene sus propias fortalezas y desafíos, y su adecuación puede variar según el contexto y los objetivos personales y profesionales de la persona. Lo importante es el autoconocimiento y la autenticidad: entender quiénes somos, qué valoramos y encontrar formas de equilibrar la búsqueda de logros con la necesidad de ser verdaderamente nosotros mismos. Es posible que la sociedad actual nos empuje hacia la valoración por logros, pero al final, las relaciones más satisfactorias y los entornos más enriquecedores son aquellos que permiten y celebran nuestra verdadera esencia.
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